Ejercicios Hipopresivos para Corredoras (I)
Evitar incontinencias, mejorar tu corrección postural, tu figura y tu salud como mujer y corredora es posible.
¿Hay alguien ahí?
Pues sí, hay músculos: nada menos que el periné o suelo pélvico, esencia de tu feminidad: te da placer y te hace madre, pero son grandes desconocidos a pesar de ser la base de una caja clave para la estabilidad de tu cuerpo. Capa sobre capa, cierran el suelo de la pelvis y su principal función es contener y mantener en su sitio la uretra, la vejiga, el útero, la vagina y el recto. Observa tu tripa al saltar o toser: tu abdomen se desplaza hacia delante. Si esta parte de la caja no tiene firmeza para resistir la presión, ésta irá a la zona más débil: el suelo pélvico, que en las mujeres tiene nada menos que tres orificios. La consecuencia puede ser un pequeño escape de orina. Cuanto mejor tono muscular tenga tu caja, mejor resistirá a la presión y mejor corrección postural tendrás, entre otros beneficios.
Una caja maltratada
¿Saldrias a correr con un sujetador dado de sí?
Cuando Nerea Roldán –fisioterapeuta y osteópata especialista en suelo pélvico, fisioterapia obstétrica y gimnasia hipopresiva– te espeta tan chocante pregunta, de repente comprendes con horror que lo mismo sucede cuando tu suelo pélvico y faja abdominal no están tonificados: ¡no sujetan! Y el problema radica en que no te das cuenta hasta que no percibes las traumáticas consecuencias que señala esta experta, en forma de incontinencias de orina, gases, prolapsos (descenso de uretra-vejiga, útero, recto), falta de sensibilidad genital, dolor pélvico y lumbar, vientre hinchado, gases y estreñimiento. Y derivados de éstas, los factores que te afectan psicológicamente: un escape de orina ante un estornudo o corriendo te limita en tu vida social y deportiva, causándote estrés y ansiedad. Por tanto, como mujer y corredora necesitas ‘blindar’ tu caja como terapia y como prevención, sobre todo si quieres disfrutar corriendo durante muchos años. La buena noticia es que ejercitar estos músculos para que recuperen su función natural de sujeción está al alcance de cualquiera con suficiente determinación pero, ¿cómo?
Sigue leyendo esta interesantísima información la próxima semana en nuestro blog.